miércoles, 22 de abril de 2015

Unas pinceladas sobre las Escuelas Europeas, por Javier Gómez Molero

Unas pinceladas sobre las Escuelas Europeas, por Javier Gómez Molero, catedrático de Latín y doctor en Filología Clásica.

De mis 39 años como docente en calidad de profesor de secundaria de Lengua y Literatura Españolas, Latín, Griego y Español como lengua extranjera, 9 de ellos los cumplimenté en una Escuela Europea, concretamente la de Bruselas I (hay cuatro). Fueron 9 años inolvidables y con mucho los más fructíferos de mi vida profesional. Y por supuesto, tuve la inmensa suerte de formar parte de un sistema educativo en el que la calidad de la enseñanza y la dignificación del profesorado no se quedan en papel mojado o en medidas ridículas que todos hemos sufrido. Allí ambas aspiraciones están totalmente garantizadas.
Las Escuelas Europeas son centros públicos dependientes de los Estados miembros de la Unión Europea, destinadas a hijos de trabajadores de las instituciones europeas y a veces a otro tipo de alumnos. En Bruselas, en concreto, la mayoría procedía de la OTAN, Comisión Europea, Embajadas, Consulados…
Se crearon en 1957, en Luxemburgo, y España se integró en este sistema en 1986, existiendo en la actualidad catorce Escuelas en distintos países de Europa donde estudian unos 5.000 alumnos españoles  y  82 profesores también españoles.
Cada Escuela puede tener tantas Secciones Lingüísticas como lenguas oficiales hay en la Comunidad. En la de Bruselas I había sección española, francesa, alemana, italiana, inglesa, y con el tiempo fueron incorporándose otros países.
Para proporcionar una educación multicultural, en el curriculum se hace especial hincapié en el aprendizaje de lenguas extranjeras. De ahí que desde 1º de primaria los alumnos ya cursen una lengua extranjera, a elegir entre francés, inglés y alemán, las llamadas lenguas vehiculares.
Las Escuelas de Bruselas, Luxemburgo, Munich y Alicante tienen secciones españolas en las que se imparten en español las materias troncales. En las demás (Mol, Karlsruhe, Frankfurt, Paises Bajos, Italia y Reino Unido), se imparte español pero en calidad de lengua extranjera.
Al finalizar la Secundaria, se consigue el título de Bachillerato Europeo que equivale a las pruebas nacionales oficiales de los estados miembros de la UE. Para lograr el diploma hay que superar exámenes orales y escritos.
El principio básico de estas Escuelas es promover la construcción de una identidad europea sin obviar la propia identidad de cada país. In varietate concordia es el lema de todas ellas.
Si tuviera que establecer una comparativa entre la Escuela Europea de Bruselas en la que trabajé y cualquier Instituto español, éstos serían los aspectos más notables que me vienen a la memoria.
- La puntuación mínima exigida a los alumnos de secundaria para aprobar cualquier examen es de 6 y no de 5.
- La nota final de los alumnos de secundaria es la suma de dos notas, A y B. La primera sería la del día a día y la segunda el resultado de un examen al final de cada trimestre en el que entra toda la materia acumulada.
- Los temas transversales en secundaria no existen (se presupone que los traen de casa). Se trata de que cada alumno domine la materia y cuanto más mejor.
- Los alumnos de secundaria con carencias en alguna materia reciben clases especiales, casi personalizadas.
- Al finalizar la secundaria los alumnos dominan dos, tres, cuatro, o cinco lenguas, dado que varias materias se imparten en idioma extranjero y pueden elegir otros como segunda, tercera o cuarta lengua.
- En secundaria se elige entre religión o moral, dándose todo tipo de religiones, no sólo la católica.
- Se concede una importancia capital a la música, al deporte y a las humanidades.
- Hay una especial sensibilidad con respecto al acoso escolar. El racismo ni se contempla en un centro de naturaleza multicultural en el que conviven alumnos de distinta procedencia y están juntos muchos de ellos desde infantil.
- Los alumnos de secundaria pasan de curso con uno o dos insuficientes. No se puede repetir dos veces y deben abandonar la Escuela.
- Las actividades extraescolares incluyen una semana en la nieve y un viaje de estudios a cualquier lugar de Europa.
- En caso de faltas graves de disciplina, el alumno de secundaria es sometido a un consejo especial con participación de sus padres o en quien ellos deleguen y profesores escogidos que se renuevan cada año. El alumno puede ser expulsado una temporada o para siempre.
- No existen reuniones de claustro. Sólo uno a principio de curso para conocer a los nuevos profesores y darles la bienvenida.
- Los profesores de secundaria no hacen guardias. Si falta alguno, los alumnos pasan a una sala de estudio donde los vigilan encargados específicos que no son profesores. Si son mayores, acceden a la cafetería.
- Los profesores están libres de burocracia y papeleo absurdo, se limitan a dar clase, corregir exámenes, participar en evaluaciones y mantener periódicamente reuniones con colegas de su misma materia de otros países. De la disciplina se encargan consejeros de nivel, uno por curso con su propio despacho y plena autoridad.
- Las sesiones de evaluación se desarrollan en francés, alemán o inglés. Las demás lenguas están absolutamente prohibidas.
- Los profesores españoles son seleccionados en un concurso oposición que se celebra en Madrid y deben reunir a priori unas condiciones determinadas. Las plazas que salen son escasas dado que la tendencia es ir cubriendo poco a poco las vacantes con personal interino residente en el país.
- Los profesores de secundaria reciben todos los años cursillos sólo y exclusivamente de su materia, impartidos por auténticos especialistas, en días lectivos, unas veces en la propia Escuela, otras, en una del extranjero donde conviven durante varias jornadas con colegas de su misma materia de toda Europa. Por supuesto, a gastos pagados.
- Los profesores de química gozan de un ayudante que le prepara antes de comenzar cada clase el laboratorio y lo que eso conlleva.
- Los profesores de infantil cuentan todo el curso con un ayudante permanente en el aula.
- Los profesores son sometidos a inspecciones periódicas para poder renovar cada dos años su contrato. Si el informe resulta negativo, vuelven a su país de origen. La estancia máxima permitida es de nueve años.
- El director de toda la Escuela es un burócrata elegido por la Comisión Europea, que por supuesto no imparte clases. Su mandato expira a los 9 años. Además, hay un director de primaria y otro de secundaria, exentos también de dar clase.
- Cada Escuela Europea cuenta con su servicio médico permanente y sus propios técnicos de mantenimiento, así como abundante personal de seguridad y vigilancia. 
- La tecnología, los medios audiovisuales, las bibliotecas, los laboratorios, los aparcamientos cubiertos y las instalaciones deportivas no faltan.  Cualquier necesidad que se detecta es satisfecha de inmediato. Tampoco escasea personal administrativo y de servicio a todos los niveles imaginables.

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